El Conjunto Floclórico Nacional de Cuba celebra 60 años de tradición y modernidad. Fundadores e investigadores de la famosa compañía cubana se reunieron en la capital de la isla para conmemorar un legado inolvidable.
Convocado por la diseñadora Nieves Laferté, directora de la galería del diseñador escénico Raúl Oliva en la sede de la Sala del Teatro Bertolt Brecht en La Habana, se dieron cita el 20 Julio de 2022 a las diez de la mañana importantes personalidades del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba (CFNC), bandera del folclor cubano, para celebrar sus 60 años de fundado.
La periodista Digna Rosa Pérez Morejón, responsable de relaciones públicas del CFNC fue la moderadora del conversatorio que contó con invitados de lujo como la Dra. Isabel Monal quien fungiera como la primera directora de dicha institución cultural. Ella fue una de las gestoras de la creación de la misma junto a la teatróloga, Gilda Hernández. Monal habló de las circunstancias y detalles de los primeros pasos de conformación de esta prestigiosa agrupación idea que se originó en la rivera del conocido Rio Sena en París.
Bajo la dirección de otro de los descubridores de la cultura popular cubana el musicólogo e investigador, Argeliers León, se gestaron las primeras representaciones escénicas de los troncos de la cultura de origen africano como los espectáculos congos, yoruba y abakua entre otros. Desde un local de la calle Neptuno se dieron los primeros pasos y luego de las convocatorias comenzaron las primeras clases en la sede de un banco abandonado adjunto a la Plaza de la Catedral devenido restaurante.
El homenaje contó con la memoria siempre presente de la gran vestuarista, María Elena Molinet quien recibió la asesoría de las experimentadas religiosas Nieves Fresneda, Manuela Alonso entre otras. El experimentado coreógrafo del folclor mexicano Rodolfo Reyes, el aventajado alumno del Seminario de Etnología fundado por el propio Argeliers León, el matancero Rogelio Martínez Furé quien sería el asesor de folclor de la naciente agrupación, los diseñadores Eduardo Arrocha y Salvador Fernández prestigian un legado inolvidable.
Completaron la nómina los hermanos Gerardo y Justo Pelladito, bailarines y percusionistas, quienes aportaron la cadencia afro matancera proveniente de su histórica familia de ilustres músicos en esa región del país. Fue importante la presencia de uno de los grandes de la danza cubana, quien se ha desempeñado con igual maestría como bailarín y fundador de la Compañía Danza Moderna, Ramiro Guerra, el padre de la danza moderna cubana, maître y coreógrafo de la misma. Su ingenio aumentó el nivel profesional de los bailarines folclóricos de la época al introducir clases de técnica de ballet y danza moderna en el CFNC.
Esencial fue la intervención del jefe de Cátedra de danza folclórica de la Facultad de Artes Danzarías de la Universidad de las Artes, el ex primer bailarín de la agrupación, el maestro Alfredo O´Farril. Junto a la actual maître de la compañía, Julita Fernández, tejieron la historia de una agrupación que es paradigma de las de su tipo en la isla.
Ante un público integrado principalmente por la última generación de bailarines y músicos del CFNC, y como primera parte de este evento el realizador etnovisual Miguel Ángel García, presentó tres audiovisuales que reflejan distintas etapas de la vida de la agrupación. El primero un autobiográfico sobre Gregorio Hernández “El Goyo”, el cual narró en primera persona la historia de su vida en el aprendizaje del oficio de artista folclórico.
El segundo una diapositivas de fotos conservadas en los archivos del Ministerio de Cultura de Cuba, cortesía de Teresita García su jefa de Archivo. El tercer material un trabajo en proceso, una conversación íntima con dos de las bailarinas históricas del CFNC, Zenaida Armenteros y Silvina Fabars también Premio Nacional de la Danza.
La huella del CFNC es también la memoria de la nación cubana. Sus artistas técnicos y ejecutivos prestigian la identidad nacional. Volver sobre su huella es también acercarse a las apacibles aguas de las tradiciones que bañan nuestras raíces.